La Academia del "Paso a Paso" de Mostaza Merlo empataba 1 a 1 con Vélez y se consagraba campeón luego de 35 años de espera. Además, en estos días se recuerda el descenso de 1983

Corría el año 1983, y la Academia de Avellaneda sufriría uno de sus días mas tristes que, cómo no, tendría ese halo de injusticia para el sufrimiento inherente de todos los hinchas celestes y blancos, que no pudo ser peor.

En el torneo Metropolitano de ese año, Racing decidía su destino de Primera o descenso justo ante Independiente, el eterno rival, que luchaba por el campeonato.

El final no pudo ser peor: Racing perdió en la cancha del “Rojo”, que ganó 2 a 0 con goles de Ricardo Giusti y Enzo Trossero, y sufrió la vuelta olímpica más dolorosa en su propia cara, que vino a confirmar el descenso de la Academia, que había sufrido cuatro días antes cuando perdió con Racing de Córdoba por 4 a 3.

Su descenso se produjo luego de que la AFA, ya con Julio Grondona como presidente, implementó el sistema de los promedios, aun vigente, que determinó la pérdida de categoría de la Academia, cuando en realidad hubiese sido River quien debería haberla perdido, de no ser por haberse visto favorecido.

Pero el tiempo, como el fútbol, le dieron su revancha a uno de los clubes más sufridos de la Argentina que, a su vez, tiene una de las hinchadas más resistentes y seguidoras: el 27 de diciembre de 2001, el Racing del “paso a paso” de Reinaldo Merlo empataba 1 a 1 con Vélez, en el estadio José Amalfitani, con goles de Gabriel Loeschbor, para el campeón y Chirumbolo, para los de Liniers, y se consagraba campeón del fútbol argentino.

Como recuerda la página oficial de Racing, “a pesar del ser seguido de cerca de manera constante por sus perseguidores, en especial por River, ganó los puntos y los partidos que tenía que lograr y llegó a la última fecha con el campeonato a su disposición”

“Tan sólo debía sumar un punto ante Vélez Sarsfield para transformar en realidad esa ilusión que ya llevaba 35 años de espera. Y el día llegó. Otra vez un 27 de diciembre. Esa tarde, la multitud que seguía al equipo estaba en todas partes Racing estaba en todas partes.

La gente no sólo había llenado el Estadio José Amalfitani a la espera del título, sino que El Cilindro, en Avellaneda, también se colmó de hinchas deseosos del festejo y la gloria tan ansiados”.