Le ganó 3-2 a Lanús en el Bosque, con goles de Rinaudo, Romero y Maldonado. Sand y Viera marcaron para la visita. El equipo platense pelea para escaparle a la Promoción.

No hubo tiempo en el Bosque de La Plata para acomodarse en la platea. La previa quedó de lado. Los movimientos de estudio entre los futbolistas, los esquemas de los entrenadores. Todo fue en vano. De entrada, Gimnasia y Lanús regalaron un partidazo.

El tiempo es relativo y el fútbol impredecible. Corrían 97 segundos y el implacable José Sand ya había abierto el marcador con un cabezazo. Enseguida, Rinaudo capturó un rebote y clavó el empate para el Lobo. Así rompieron el partido en La Plata. Emociones inmediatas, como para ahuyentar el aburrimiento. En la primera, Nico Ramírez escaló por derecha. En su función dentro del 4-4-2 de Zubeldía. Envió el centro al área. La defensa local intentó dejar en posición adelantada a Sand. Salieron todos, menos Maldonado. El Pepe cabeceó, la pelota dio en el palo derecho de Sessa y se fue a besar a la red.

A los 5, Gimnasia empujó y consiguió un tiro de esquina. Messera envió el centro desde la derecha. Sand rechazó con la espalda y la pelota quedó boyando en la puerta del área. Ahí apareció el volante central del 4-3-1-2 de Leonardo Madelón. Rinaudo también cumplió con su libreto, con el abc... Le dio de primera, con un derechazo fuerte, recto, que se metió junto al palo derecho de Bossio. Empate y todo un partido por delante.

A pesar del ida y vuelta, del peligro en ambas áreas, fue Lanús el que contó con las mejores situaciones. Salomón ensayó una gran pared con Sand a los 14, pero el remate cruzado del volante se perdió afuera. Dos más tarde fue el Pepe el que quedó sólo con Sessa, pero el goleador la tiró a los carteles. Y de una jugada aislada, a los 28, Sebastián Romero, Chirola, bajó una pelota de pecho en tres cuartos del campo rival. Avanzó sin oposición hasta la media luna. El bombazo del volante del Lobo se clavó en el ángulo izquierdo de Bossio y estableció el 2-1 para el delirio de los hinchas triperos que alentaban detrás de ese arco.

Un primer tiempo extraordinario. Pero Lanús seguía jugando mejor que el local. El resultado estaba abierto. Fue Sebastián Blanco el que desplegó toda su calidad. Hubo lugar para todos, el partido les dio oportunidades a todos los jugadores. Para mostrarse para intentar lo que en otros partidos no se intenta. Se jugaba como en la plaza, como en el barrio. Sin responsabilidades. Iban 34 cuando Blanquito agarró la pelota contra la raya izquierda. Sombrero para uno, toque por un costado para otro, anticipo a la barrida del tercero... Dejaba muñecos en el camino a pura velocidad. Recorrió más de 60 metros con la pelota, contra la línea. Hasta que Ormeño lo bajó cerca del área. Ramírez envió el tiro libre, la pelota pegó en el chileno y le quedó a Jadson Viera. El defensor le dio de derecha, Sessa la tocó pero no pudo evitar el empate del Grana. Quedaba la mesa puesta para el segundo tiempo.

En el complemento Lanús mostró su superioridad. Demostró que es un equipo que sabe a lo que juega y que sabe lo que quiere. Pero esa costumbre del Granate se hizo presente en el Bosque únicamente en el inicio de la segunda etapa. Con Ledesma y Nico Ramírez por derecha, más la movilidad de Cano arriba. Lo tuvo el delantero, de cabeza, a los 6, pero su frentazo se fue por encima del travesaño. Administraba mejor la pelota el visitante, pero no gravitaron ni Blanco ni Sand.

Entonces Gimnasia, que de sacrificio y trabajo sabe mucho, equilibró el partido con dos movimientos tácticos que fueron clave. Madelón puso en la cancha a Juan Cuevas en lugar de Niell a los 16 y diez más tarde hizo ingresar a Hugo Iriarte en lugar de Messera. Con el enganche afuera, la línea de cuatro en el medio comenzó a engranar con el rapidito Cuevas. Un Sosa casi ausente le quitaba peso en ataque al Lobo.

Iriarte entró bien y se hizo dueño de los tiempos del equipo. Ganó un tiro de esquina a los 33. Envió el centro y en el primer palo apareció Maldonado para anticipar a todos los defensores de Lanús. Tocó de derecha, la pelota dio en la panza de Ramírez que cubría el primer palo y se metió por el segundo para el 3-2 de Gimnasia. ¿Demasiado premio para el Lobo? Puede ser, pero la que tuvo la mandó a guardar. Encontró orden en el medio y justifico la victoria con mucho sacrificio. Aunque en el fondo sigue mostrando su peor cara. En el segundo minuto de descuento, Sand cabeceó solo en el área. Imperdonable para Maldonado y Agüero, los centrales. Por suerte para Madelón, Sessa se quedó con el balón sin problemas. Sabino pitó el final y estalló el Bosque. Tres puntos de oro para seguir luchando en contra del tiempo y de la matemática. Tres puntos que traen esperanza para escapar a la Promoción.