Nacionales
CASO EMBLEMÁTICO
A 19 años del crimen de María Soledad Morales en Catamarca
Un oficio religioso se realizará hoy, al cumplirse 19 años de cometido el crimen de la estudiante María Soledad Morales, en el departamento catamarqueño de Valle Viejo, informó la madre de la víctima.
Adda Rizzardo de Morales dijo que la ceremonia comenzará a las 19, en la iglesia de Villa Dolores, en dicho departamento ubicado a 10 kilómetros de la capital de Catamarca, y estará a cargo del sacerdote Oscar Tapia.
"Aún tenemos un sabor amargo. La Justicia catamarqueña creyó que con la condena de Luis Tula a 9 años y de Guillermo Luque a 21 años de prisión efectiva, se terminó haciendo Justicia, y no han tenido en cuenta el monumental encubrimiento, donde muchos que hoy caminan libremente por las calles de mi provincia, deberían estar presos", dijo Adda.
María Soledad Morales era una joven estudiante catamarqueña, que resultó asesinada en la ciudad de Catamarca el 8 de septiembre de 1990, por un grupo de jóvenes vinculados a los grupos de poder local, popularmente conocidos como "hijos del poder". El intento por parte de las autoridades de Catamarca de encubrir el asesinato desencadenó una histórica movilización popular que contó con el apoyo de amplios sectores en todo el país, logró el esclarecimiento del homicidio, puso de manifiesto las condiciones semifeudales de ejercicio del poder en muchas provincias de nuestro país, y produjo un considerable cambio político en Catamarca.
Desde un primer momento las investigaciones fueron demoradas y eventualmente manipuladas. Se tardó más de dos meses en abrir la investigación judicial, y una vez que la justicia intervino, el favoritismo hacia los posibles involucrados fue evidente. En esas condiciones un diputado nacional por Catamarca, Angel Luque, había declarado que si su hijo hubiera sido el asesino, el cadáver no habría aparecido. El escándalo llevó a la expulsión del diputado del Congreso y a que en 1991 el gobierno nacional, a cargo entonces de Carlos Menem, interviniera primero el Poder Judicial de la provincia y luego los poderes ejecutivo y legislativo, destituyendo a Ramón Saadi, continuador de una larga tradición de gobernadores pertenecientes a su familia, y aliado principal del presidente Menem.
La intervención federal a la provincia, que incluyó el envío del Comisiario de la Policía Federal Luis Patti (ahora detenido y acusado de crímenes de lesa humanidad) para aclarar los hechos, también demostró una evidente falta de voluntad de resolución del caso.
En 1996 se inició el juicio oral por el asesinato de María Soledad, estando imputados Guillermo Luque y Luis Tula. La televisión nacional dio amplia cobertura al juicio transmitiéndolo en directo y registró en detalle los gestos de los jueces, que evidenciaron una actitud parcial frente al caso. Los gestos de los jueces fueron reiterados por la televisión nacional y produjeron un nuevo escándalo que llevó a la anulación del juicio.
En 1998 se realizó un nuevo juicio. Las condiciones políticas en el país y en la provincia habían cambiado considerablemente, y el 27 de septiembre Guillermo Luque fue condenado a 21 años de prisión por el asesinato y violación de María Soledad Morales, en tanto que Luis Tula fue condenado a 9 años de prisión como partícipe secundario del delito de violación.
El tribunal ordenó asimismo investigar el encubrimiento, pero esta orden nunca fue cumplida. El encubrimiento potencialmente puede alcanzar a la plana mayor de la Policía catamarqueña, el ex gobernador Saadi, el subcomisario Luis Patti y el propio ex presidente Carlos Menem.
Adda Rizzardo de Morales dijo que la ceremonia comenzará a las 19, en la iglesia de Villa Dolores, en dicho departamento ubicado a 10 kilómetros de la capital de Catamarca, y estará a cargo del sacerdote Oscar Tapia.
"Aún tenemos un sabor amargo. La Justicia catamarqueña creyó que con la condena de Luis Tula a 9 años y de Guillermo Luque a 21 años de prisión efectiva, se terminó haciendo Justicia, y no han tenido en cuenta el monumental encubrimiento, donde muchos que hoy caminan libremente por las calles de mi provincia, deberían estar presos", dijo Adda.
María Soledad Morales era una joven estudiante catamarqueña, que resultó asesinada en la ciudad de Catamarca el 8 de septiembre de 1990, por un grupo de jóvenes vinculados a los grupos de poder local, popularmente conocidos como "hijos del poder". El intento por parte de las autoridades de Catamarca de encubrir el asesinato desencadenó una histórica movilización popular que contó con el apoyo de amplios sectores en todo el país, logró el esclarecimiento del homicidio, puso de manifiesto las condiciones semifeudales de ejercicio del poder en muchas provincias de nuestro país, y produjo un considerable cambio político en Catamarca.
Desde un primer momento las investigaciones fueron demoradas y eventualmente manipuladas. Se tardó más de dos meses en abrir la investigación judicial, y una vez que la justicia intervino, el favoritismo hacia los posibles involucrados fue evidente. En esas condiciones un diputado nacional por Catamarca, Angel Luque, había declarado que si su hijo hubiera sido el asesino, el cadáver no habría aparecido. El escándalo llevó a la expulsión del diputado del Congreso y a que en 1991 el gobierno nacional, a cargo entonces de Carlos Menem, interviniera primero el Poder Judicial de la provincia y luego los poderes ejecutivo y legislativo, destituyendo a Ramón Saadi, continuador de una larga tradición de gobernadores pertenecientes a su familia, y aliado principal del presidente Menem.
La intervención federal a la provincia, que incluyó el envío del Comisiario de la Policía Federal Luis Patti (ahora detenido y acusado de crímenes de lesa humanidad) para aclarar los hechos, también demostró una evidente falta de voluntad de resolución del caso.
En 1996 se inició el juicio oral por el asesinato de María Soledad, estando imputados Guillermo Luque y Luis Tula. La televisión nacional dio amplia cobertura al juicio transmitiéndolo en directo y registró en detalle los gestos de los jueces, que evidenciaron una actitud parcial frente al caso. Los gestos de los jueces fueron reiterados por la televisión nacional y produjeron un nuevo escándalo que llevó a la anulación del juicio.
En 1998 se realizó un nuevo juicio. Las condiciones políticas en el país y en la provincia habían cambiado considerablemente, y el 27 de septiembre Guillermo Luque fue condenado a 21 años de prisión por el asesinato y violación de María Soledad Morales, en tanto que Luis Tula fue condenado a 9 años de prisión como partícipe secundario del delito de violación.
El tribunal ordenó asimismo investigar el encubrimiento, pero esta orden nunca fue cumplida. El encubrimiento potencialmente puede alcanzar a la plana mayor de la Policía catamarqueña, el ex gobernador Saadi, el subcomisario Luis Patti y el propio ex presidente Carlos Menem.
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