Débora Blanca es licenciada en Psicología, especializada en ludopatía y otras adicciones comportamentales. La directora de “Lazos en Juego”, que presentó trabajos en Argentina, Italia, España y Polonia, lleva cuatro libros publicados, entre ellos "Pandemia y Salud Mental", comentó qué factores están provocando un aumento de los casos.



Recordó que “la ludopatía es la adicción al juego” y que “no es un vicio”, por lo que “tiene los mismos estragos que el alcohol, la cocaína o la marihuana”. Señaló que al igual que los estupefacientes “genera la dependencia emocional” y provoca aislamiento en el adicto, que “rompe sus vínculos”.

Señaló que “la ludopatía es más silenciosa porque el cuerpo no muestra los signos del consumo excesivo”. Expuso que “existe desde que se creó el primer juego de azar” y que las tecnologías y cambios de paradigmas del mundo “posibilitaron otras patologías como la adicción a las compras que genera problemas como cualquier droga”.

Señaló que “estamos en una época de autoexplotación que no requiere de un patrón, sino que nos explotamos nosotros mismos y en esto aparecen las apuestas online que son la nueva droga en nuestro país”. Blanca comentó que “en los talleres que doy, lo que veo es que todos los pibes apuestan o conocen a alguien que lo hace” y que “muchos lo hacen en sitios ilegales, a través de redes sociales o influences que muestran lo fácil que es ganar dinero con un click”.

Explicó que “en los sitios lo único que preguntan es si sos mayor de 18 años y los chicos solamente dicen que sí”. Asimismo, afirmó que “el Estado debe legislar porque está llegando tarde, dado que empezaron a permitir los sitios de apuestas, pero no hay normas”, mientras que a los chicos los afecta en tanto que “los preocupa, bajan el rendimiento y muchos se pelean entre ellos por plata”.

Recordó que un adulto que apuesta “por diversión” sabe que “tiene un tiempo y una suma de dinero disponible, que si gana es mejor y si pierde sabe que son las reglas del juego”. En cambio, el ludópata “no se detiene, apuesta a que pierde todo” y su adicción es similar a la de un alcohólico que “no soporta la abstinencia”.